Soluciones
realistas para la gente
Las propuestas (ahorro voluntario,
retardo de la edad de jubilación) que han aparecido en los medios para las muy
bajas pensiones que otorga y dará el Sistema de AFP, de no hacerse cambios
sustanciales, resultan inocuas e injustas, desde que las mismas se cargan sólo al
trabajador.
Inocuas, las que promueven el ahorro
voluntario, pues la mayoría apenas tiene para comer, de ordinario con lo que no
se va en altísimos intereses de crédito (préstamos, tarjetas de crédito), por
lo que el ahorro es ilusorio.
Injustas, la de retrasar la edad de
jubilación, pues la persona tiene derecho a descansar en el otoño de su vida.
En todo caso, así como están las cosas, deberemos morir trabajando pues las
pensiones no alcanzarán para comer, ¡ni siquiera a los 80 años¡
Ambas propuestas suponen seguir
exprimiendo al trabajador.
También algunos proponen crear una AFP
estatal, que sería más de lo mismo. Qué diferencia tendrá con las otras AFP? Una
comisión más baja? La gente no necesita pagar $300 mensuales menos de comisión
sino que enterar $300.000 mensuales más en su Cuenta de Capitalización
Individual. Lo de la AFP estatal me huele más a un volador de luces, una de
tantas propuestas inoficiosas que resultan más populistas que efectivas.
Lo que hay que hacer es atacar el problema central, cual es la insuficiencia de
fondos, por ser para la mayoría de las pensiones (las de vejez que son más del
70% del total de pensiones) la cotización
la única fuente de financiamiento. En efecto, como las rentas son bajas
en Chile, la cotización (de un 10%, pero por favor, no se les ocurra subirla)
resulta también insuficiente para acumular fondos bastantes para garantizar una
pensión digna. Para lograr los dineros suficientes para asegurar pensiones
decentes propongo alguna(s) de las siguientes medidas:
1.- Que junto con el trabajador, cotice el
empleador y el Estado, como se hizo por años en la historia de Chile.
2.- Que los dueños de la respectiva
Administradora de Fondos de Pensiones sean los propios afiliados, de manera que
las ganancias de las Adiministradoras vayan en su beneficio.
3.- Nacionalizar el Sistema, de modo que el
Estado se beneficie con las ganancias que hoy son de las Administradoras,
pudiendo subcontratar los servicios de administración de los fondos. Así estas
ganancias, ahora del Estado, podrían ir en beneficio de los pensionados.
4.- Que sobre una cierta cantidad de ganancia de
la correspondiente Administradora de Fondos de Pensiones, se forme un Fondo
para ir en auxilio de las pensiones de modo de hacerlas suficientes.
5.-
Que las AFP respondan patrimonialmente cuando se de rentabilidad negativa. Pues
hay responsabilidad de la AFP como mandataria y administradora. Lo regla el
Código Civil.
6.-
Formar una AFP que además de cobrar menos comisión,
establezca que sus utilidades se repartirán entre los afiliados. O que sobre
ciertas ganancias el exceso se repartirá entre los afiliados. Todos se irían a
esta AFP.
Lo que debe inspirar las reformas necesarias (la del año
2008 no reformó el Sistema, más bien el Estado
se hizo cargo de sus malos resultados y les aseguró a las AFP y compañías de seguro nuevos
clientes y mayores utilidades vìa comisiones, las de los independientes) es la
idea que un sistema de seguridad social debe estar al servicio de los afiliados
y no al revés, vía justicia distributiva, donde los beneficiarios sean los
trabajadores y no las entidades administradoras del Sistema. Donde conjugándose
los principios de la solidaridad y la suficiencia se logre la redistribución de
la renta nacional. Es justicia.
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